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Tesla, en riesgo por giro regulatorio de Donald Trump

La relación entre Elon Musk y el presidente ha cambiado. El mandatario busca eliminar una normativa medioambiental que ha sido vital para los ingresos de Tesla

Tesla Model Y

Tesla Model Y. Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía

Durante más de una década, Tesla no solo ha liderado la electrificación del transporte, sino que también ha capitalizado con fuerza un sistema de créditos ambientales que premia a los fabricantes que apuestan por tecnologías limpias. Pero ese modelo de negocio, que ha reportado miles de millones de dólares en beneficios, podría estar en peligro inminente.

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La amenaza no proviene de la competencia ni de los mercados financieros, sino directamente desde Washington.

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El presidente Donald Trump, en su segundo mandato, está impulsando una reforma legislativa que pondría fin al sistema de penalizaciones por exceso de emisiones contaminantes en la industria automotriz.

Una medida que, de concretarse, afectaría directamente a Tesla y a su principal fuente de ingresos fuera de la venta de automóviles.

El contexto es especialmente tenso por los roces recientes entre Trump y Elon Musk. Lo que alguna vez fue una relación estratégica parece haberse transformado en un distanciamiento irreconciliable.

Musk, quien había colaborado en el consejo asesor del presidente, abandonó recientemente el círculo cercano del mandatario. Desde entonces, las diferencias se han vuelto públicas y visibles.

La propuesta del mandatario eliminaría la necesidad de que las marcas que exceden los límites de emisiones paguen multas o compren créditos de carbono a empresas que sí cumplen.

Este último mecanismo ha sido clave para Tesla, que durante años ha vendido sus créditos excedentes a competidores tradicionales como Stellantis o General Motors.

¿Qué ocurrirá con Tesla? Futuro incierto / AP.
Crédito: AP

En 2022, por ejemplo, Tesla reportó ingresos superiores a los $1,700 millones de dólares solo por la venta de estos créditos. El negocio ha sido tan rentable que, en algunos trimestres, esos ingresos llegaron a superar las ganancias netas por la venta de vehículos. Musk lo sabía y apostó fuertemente por ello.

Pero si la normativa desaparece, ese flujo de capital también lo hará. Los fabricantes contaminantes ya no estarán obligados a compensar su huella de carbono y, por lo tanto, no necesitarán adquirir créditos a empresas como Tesla. De esta forma, una de las principales ventajas económicas de la compañía quedaría neutralizada de inmediato.

El Congreso de los Estados Unidos es ahora el campo de batalla donde se definirá el futuro de esta iniciativa. Aunque algunos legisladores han mostrado resistencia, el bloque republicano ha manifestado su apoyo al presidente.

La mayoría de ellos coinciden en que las regulaciones ambientales han estrangulado al sector y restado competitividad frente a potencias como China.

¿Y qué dice Elon Musk de todo esto?

Desde el entorno de Elon Musk, la preocupación es palpable. El propio empresario ha evitado hacer declaraciones públicas directas sobre la propuesta, pero fuentes cercanas aseguran que considera el proyecto como un ataque personal.

La tensión ha escalado desde que Musk dejó el grupo de asesores de la Casa Blanca hace unas semanas, luego de diferencias en temas de política exterior y energética.

La situación es aún más delicada por el momento que atraviesa Tesla. La empresa ha mostrado una caída sostenida en sus ventas durante el primer semestre del año.

El mercado se ha saturado con nuevos modelos eléctricos, y el entusiasmo inicial del consumidor parece estar disminuyendo. Además, los márgenes de ganancia han sido afectados por la fuerte competencia de fabricantes chinos, como BYD, que ofrecen productos a precios más bajos.

El clima bursátil también ha respondido a la incertidumbre política. Las acciones de Tesla han registrado una fuerte volatilidad en las últimas semanas, con caídas de hasta un 12% en algunos días de negociación.

Los inversionistas ven con preocupación un posible recorte drástico en ingresos si se concreta la eliminación de los créditos.

Donald Trump, presidente estadounidense, y Elon Musk, titular del DOGE
Lo que está por venir será determinante en Tesla. / AP.
Crédito: Alex Brandon | AP

El propio Musk ha intentado calmar los ánimos de los accionistas asegurando que Tesla está diversificando sus fuentes de ingreso y desarrollando nuevas tecnologías que impulsarán a la empresa en los próximos años. Sin embargo, los analistas financieros coinciden en que, sin los créditos, la compañía enfrentaría un escenario mucho más complejo.

A la espera del desenlace legislativo, lo cierto es que Tesla se enfrenta a uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Y la disputa ya no se libra en los salones de exhibición, sino en los pasillos del Capitolio.

Lo que está en juego no es solo el futuro financiero de la empresa, sino el rumbo ambiental y tecnológico que Estados Unidos decida tomar.

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