Domingo Hindoyan, la nueva cara —y latina— de la LA Opera

En unos meses, Gustavo Dudamel, el venezolano que llevó a un nivel magnánimo a la LA Phil —una de las orquestas de música clásica más influyentes del mundo—, dejará Los Ángeles luego de una estancia de 17 años. El todavía director musical de esta agrupación aceptó el mismo puesto en la New York Philharmonic, a partir de la temporada 2026-2027.

Pero… ¡albricias! Otro venezolano viene en camino. Aunque no a reemplazar a Dudamel ni a ser parte de la LA Phil, sino para dirigir otra prestigiosa institución local de arte: la LA Opera.

Se trata de Domingo Hindoyan, un joven —aunque él dice que ya no lo es tanto— originalmente violinista —de hecho, cuando era adolescente llegó a tocar a dueto con Dudamel, quien también toca el violín—, que se educó en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela y que salió de su país a los 20 años rumbo a Ginebra para estudiar más de su instrumento y después, en la Haute Ecole de Musique de Genève, una maestría en conducción; ahí también es donde estableció su residencia.

Su llegada a Los Ángeles será para suceder a James Conlon, quien luego de la temporada 40 continuará su asociación con la LA Opera como director laureado.

“El trabajo de Conlon es un ejemplo de lo que es la expresión y el amor por la música”, dijo Domingo durante una ronda de entrevistas que hizo desde Los Angeles. “Así que lo primero que tengo que hacer yo es tomar ese punto de partida […] De ahí, pondré mi propia estampa, con mis creencias artísticas, con los sonidos que tengo en mi mente, con mi personalidad”.

Domingo, hijo del también violinista Domingo García, expresidente de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, y de Viki Hindoyan, abogada de origen armenio, debutó en la LA Opera en 2024 con “Roméo et Juliette”. Sin embargo, los directivos de esta institución le estaban siguiendo la pista desde años antes, según explicó en un comunicado Christopher Koelsch, presidente y director ejecutivo de la LA Opera.

Koelsch primero conoció a Domingo en la Ópera Estatal de Berlín en 2016, y desde ahí se quedó impresionado con el caraqueño. Luego vio cómo prosperó su carrera en muchas de las principales ópera europeas, desde la Ópera Estatal de Viena y la Ópera de París hasta la Lyric Opera de Chicago y la Metropolitan Opera.

Domingo fue uno de muchos candidatos, todos a cual más de impresionantes y calificados, dijo Koelsch.

“Pero Domingo se destacó como la opción más clara”, expresó Koelsch. “En nuestras conversaciones y a través de su habilidad artística, fue evidente que trae consigo no solo una fluidez musical y sinfónica inusual, sino también una encantadora cordialidad y carisma que atraen a otros a su órbita creativa”.

Esta descripción no es exagerada. Domingo, sin esforzarse, es cálido y de sonrisa fácil. Es espontáneo y no es rebuscado cuando explica cómo crea su maravilloso arte a alguien que sabe poco de ese universo.

La ópera llegó a la vida de Domingo porque “tengo una gran pasión por la voz y el canto”, dijo.

“La ópera es un arte completo, en donde mezclas lo que es la audición, la visión, todos los sentidos posibles, y acompañado de una buena champaña, hasta el gusto”, asegura.

Esta relación con la ópera comenzó en 2013, cuando le propusieron ser asistente de Daniel Barenboim, director musical de la Ópera de Berlín. La primera obra que dirigió fue Pedro Malazarte, del brasileño Mozart Camargo Guarnieri, un autor poco conocido.

Sin embargo, gracias a esta pieza comenzaron las ofertas para que Domingo trabajara en otras óperas, hasta llegar a dirigir en las más importantes compañías del mundo.

Además de su trabajo en Los Angeles, el músico continuará con su puesto como director de la Royal Liverpool Philharmonic, y así podrá nutrir sus dos pasiones, la música de orquesta y la ópera.

Ahora mismo, Domingo está enfocado en el diseño de la programación de la temporada 41, con la que se estrenará en Los Angeles.

“El principal objetivo es presentar piezas que le interesen al público, proyectos que nos hagan soñar, innovadores, proyectos que nos hagan reflexionar”, dijo. “Pero sobre todo, que nos conmuevan”.